Pero dudo de mí porque tengo las piernas muy cortas, y el corazón muy chico, y porque nunca antes conseguí gran cosa.
Y no lo intento porque jamás antes lo hice, que me he visto siempre muy frágil y muy liviano; porque siempre he sentido que apenas si tenía fuerzas, que mi constitución no me daba para alcanzar si no era tomando atajos. Porque siempre me he visto los ojos feos, las manos huesudas y la boca exigua.
Por eso, cuando miro estas montañas, me evocan tantas cosas… Por lo inexpugnables y empinadas.
© Fotografía y texto: Ildefonso Vilches Ruiz.
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